Una obra de arte no es solo un objeto de decoración que puede quedar bien o mal en in espacio: el arte transforma. Y en este sentido, te voy a dar algunas herramientas sobre cómo elegir una obra de arte con propósito, que transforme tus espacios y que te ayude a cumplir tus objetivos -así tal cual como lo leíste-.
Elegir las obras correctas para tu hogar o lugar de trabajo puede ser un poco estresante: nos gusta todo o no encontramos el indicado ¿qué colores debo elegir? ¿qué elementos debo elegir? ¿compro una obra original o una lámina? ¿me cansaré dentro de un tiempo? ... Y es completamente entendible porque el arte que elijamos va a tener un impacto significativo en nuestro modo de vida y te cuento por qué...
¿Conocés los famosos vision board?
Un vision board (o tablero de visión) es una herramienta visual que se utiliza para representar tus objetivos, sueños y deseos a través de imágenes, frases, palabras clave o símbolos. Se crea como un collage, ya sea físico (en una cartulina o corcho) o digital (con apps o presentaciones), y está pensado para que lo mires con frecuencia. Esta herramienta cada vez está más en auge por ser sumamente efectiva ya que, según estudios en neurociencia cognitiva, puede activar áreas del cerebro relacionados con la motivación, la planificación y el enfoque. Visualizar objetivos y sueños de forma tangible no solo ayuda a mantener una mentalidad positiva, sino también refuerza conexiones neuronales asociadas a la concreción de metas, contrarrestando así el impacto emocional del exceso de información negativa que se produce por: ansiedad, estrés y presión del día a día.
Pero... ¿Cómo se relaciona esto con el arte?
Imaginá entrar a tu casa y tener obras de arte que te recuerden momentos motivadores, que te transmitan colores vibrantes de alegría o, al contrario, paz... una obra de arte que te ayude a vivenciar que siempre hay otra forma de mirar las cosas... ¡o lo que sea que estés necesitando en ese momento!. Las obras de arte son ese llamado a recordar, esa imagen para soñar, ese color que te activa cuando más lo necesitas, cuando adquirimos un arte con propósito, el espacio en donde esa obra está colocada se transforma. Es tanto así que en 2019, la Organización Mundial de la Salud publicó un informe llamado “What is the evidence on the role of the arts in improving health and well-being?”, en el que revisó más de 900 publicaciones científicas sobre cómo las artes pueden contribuir a la salud física, mental y social. Las principales conclusiones del informe fueron que:
- El arte promueve el bienestar emocional y mental. Escuchar música, ver o crear obras de arte puede reducir el estrés, la ansiedad y los síntomas de depresión.
- Fomenta la salud física. Bailar, cantar o participar en actividades artísticas grupales puede mejorar la movilidad, la respiración y hasta el sistema inmunológico.
- Apoya la prevención y el tratamiento. Las intervenciones artísticas se han usado con éxito en pacientes con enfermedades crónicas, demencia, cáncer, y trastornos del desarrollo.
- Fortalece la cohesión social. Las actividades artísticas comunitarias ayudan a conectar a las personas, reduciendo la soledad y fomentando el sentido de pertenencia.
El mensaje de la OMS es claro: el arte no es solo decoración, es una herramienta poderosa para la salud pública. Incluir arte en nuestros espacios y nuestras rutinas puede ser una forma accesible y efectiva de cuidar cuerpo, mente y alma.
De ahí la importancia de elegir arte con propósito... Pero ¿cómo hacemos? o ¿qué tener en cuenta? acá entramos en mi parte favorita;
1) Lo primero que tenemos que saber es cuál es la intención que tiene el espacio al que vamos a colocarle una nueva obra de arte, ya que cada lugar tiene un propósito y el arte debería acompañarlo:
- Espacios de trabajo: buscá arte que estimule la concentración o la creatividad. Obras abstractas como manchas o formas geométricas, paisajes modernos, obras que te transmitan innovación -ya que esa innovación luego la transmitirás a tu trabajo-.
- Dormitorio o zonas de descanso: colores suaves, paisajes naturales o arte minimalista que inspire calma.
- Sala de estar: un espacio social puede beneficiarse con arte vibrante, piezas que generen conversación o transmitan alegría.
- Entradas o pasillos: Son lugares ideales para arte impactante o experimental.
Para saber qué intención tiene nuestros espacios también es necesario conectar con nuestra motivación personal y para eso nos podemos preguntar: ¿Qué quiero sentir al estar en este lugar? ¿Qué quiero expresar sobre mí mismo? ¿Qué energía necesito potenciar?
Así, por ejemplo, si tu trabajo se trata de estar calmado y en relajación podrías optar por un cuadro de montañas o de mar... y por el contrario, si te gusta trabajar en un lugar super dinámico podrías optar por abstracciones en colores vivos.
El arte puede ser un recordatorio visual de tus objetivos o valores. Una obra con una figura en movimiento puede inspirarte a seguir avanzando. Una imagen serena puede ayudarte a frenar.
2) Lo segundo es conocer el poder del color ya que los colores influyen directamente sobre nuestras emociones, es por eso que es sumamente necesario, al jugar con el color, elegir obras que tengan una buena selección de paletas de color... el "popurrí de colores" en una obra no solamente habla de una obra que carece de armonía en cuanto a colorimetría, si no que transmite esa desarmonía al entorno.
- Azules y verdes: transmiten calma, paz, frescura.
- Rojos y naranjas: activan, estimulan, generan energía.
- Amarillos: invitan a la creatividad y al optimismo.
- Tonos neutros: equilibran, dan sensación de orden y amplitud.
Combiná los colores del arte con la paleta del ambiente, pero también con lo que querés sentir. A veces un solo cuadro puede transformar toda la energía de un lugar.
3) Está demostrado que el arte puede mejorar la salud emocional, reducir el estrés y aumentar la sensación de bienestar. Una imagen puede ayudarte a meditar, a respirar más profundo o simplemente a sonreír. Buscá piezas que te hagan bien. Que te conecten con un recuerdo feliz, que te emocionen o te inviten a soñar.
4) Podés mirar muchas obras antes de encontrar “la tuya”. Visitá galerías, tiendas online, ferias de arte local. Escuchá tu intuición. Si una pieza te hace detenerte, sentir algo profundo o querer volver a mirarla… es una buena señal.
¡Y creo que con esos 4 tips ya tenemos suficiente para comenzar!
Pero antes de irme quiero aclararles algo que seguro en algún momento de la lectura pensaron; y sí, es cierto que nuestros objetivos pueden cambiar con el tiempo, y eso está bien: evolucionar también es parte del proceso. Lo maravilloso del arte es que no tiene por qué ser permanente ni estático. Una obra que hoy necesitás frente a tu escritorio quizás mañana te acompañe mejor en tu dormitorio o en la entrada de tu casa. El arte se mueve con vos. Por eso, cuando elegís con propósito, esa obra sigue teniendo sentido, incluso si cambia de lugar.
Y si no encontrás exactamente lo que buscás, también podés encargar una obra a medida, creada especialmente para vos, para ese espacio, para esa intención. Porque el arte original tiene una energía única, una vibración que no puede igualarse con una lámina impresa. Siempre, aunque no lo digamos en voz alta, sabemos cuándo no es la original, y eso cambia cómo la sentimos, cómo la miramos, cómo la habitamos.
Elegir arte con conciencia no solo transforma tu espacio, te transforma a vos. Te recuerda lo que querés, lo que sos, lo que estás construyendo. Y si un día cambiás, no te preocupes: tu obra te va a acompañar de otra forma, desde otro rincón.
El arte que elegís es una extensión de vos. No tiene que ser caro ni famoso para ser poderoso. Solo necesita resonar con tu energía y propósito. Elegí con intención, y dejá que cada obra te acompañe a crear el espacio que merecés.
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