Cómo ya hemos estado hablando en blogs anteriores: TODO VIBRA: El poder invisible del arte en nuestra salud, sabemos que cuando colocamos una obra de arte en un espacio estamos dejando un recordatorio a nuestro subconsciente. Así es, toda obra de arte envía un mensaje energético y emocional que puede influir directamente en nuestro bienestar, afectando -con ese impacto energético- a toda persona que transita ese lugar.
Es por eso que me pareció super importante que hoy podamos hablar de cómo interpretar una obra de arte.
No hace falta ser un experto en arte para comenzar a interpretar una obra, lo principal es observar detenidamente y hacernos las preguntas correctas. Analizar una obra no es solamente un ejercicio estético, sino una herramienta clave para entender qué tipo de energía estamos invitando a nuestro espacio.
Interpretar el arte es, entonces, un puente entre la sensibilidad estética y la intención energética, una forma de asegurarnos de que lo que colgamos en nuestras paredes no solo nos guste, sino que también nutra nuestra vida con la vibración adecuada.
He aquí, una lista de los pasos a seguir para interpretar una obra de arte:
1) Observación atenta: como ya dijimos, lo principal es contemplar con mucha atención, no se trata de enseguida intentar descifrar “algo que oculta el cuadro”, si no, simplemente dejarnos guiar por nuestra intuición hacia dónde nos conduce la mirada.
- ¿Debo acercarme a ver el cuadro o puedo mantener una cierta distancia? ¿Cuál es el recorrido de la mirada? izquierda a derecha, arriba, abajo… ¿Hay algún elemento que me impacte? ¿Algún elemento que no puedo dejar de ver? ¿Qué es lo primero que me llama la atención?
2) Descripción formal: Ahora si vamos a empezar a darle palabras a eso que estamos observando:
- ¿Qué elementos hay? (personas, objetos, paisajes, formas, colores, líneas, texturas, etc.) ¿cómo interactúan los elementos entre sí? (están ordenados, desordenados, siento armonía y equilibrio o no, puedo distinguir bien la gama de colores o no), ¿tiene muchas formas o pocas? ¿Tiene muchos colores o pocos?
3) Tu experiencia personal: Ahora todo se trata de vos. En el caso de convivir con más personas que estarán habitando los mismos espacios, una buena idea es incluirla en la elección de una obra. No siempre se garantiza que el grupo vaya a coincidir, sin embargo, al compartir ideas uno puede entender mejor las posturas del otro y llegar a una conclusión común mucho más rápido.
- En el caso de ser una obra que represente una escena/escenario/situación: ¿Qué entiendo de esa situación? ¿Cómo me hacen sentir las formas, los personajes y colores que están allí?
- ¿Hay un mensaje en particular, una energía que quiero transmitir, un propósito, y este cuadro me ayuda con ello?
- ¿Qué es lo que más me impacta de la obra? ¿Qué es lo que admiro de ella?
- ¿Qué emociones transmite?
- ¿Qué mensaje o tema podría estar abordando?
- ¿Hay símbolos que representen ideas más profundas?
4) Análisis técnico: La técnica puede aportarnos mucho al conocimiento de la obra, saber cómo se hizo, con qué materiales y qué desafíos tuvo que enfrentarse el artista para crear esa obra pueden hacer que valoremos mucho más su trabajo y por ende, la obra en sí. Además, estos datos proporcionan información necesaria para su conservación.
- ¿Qué técnica se utilizó? (óleo, acrílico, escultura en mármol, collage, etc.)
- ¿Qué estilo artístico representa? (realismo, impresionismo, abstracto, etc.)
- ¿Hay uso de luz y sombra? ¿Cómo afecta la percepción?
- ¿Los materiales reflejan la luz o la absorben (por ejemplo; para ambientes a los que llega poca luz, se recomiendan cuadros con cristales para que así la luz que haya en el espacio rebote en estos cristales y aumente el caudal de iluminación)
5) Contextualización histórica y cultural: En este punto hay que ser claros, hay personas en que esta contextualización les cambia la percepción para bien y otras de manera perjudicial, ¿cómo? muchas veces el impacto de la obra es hermosa, sin embargo, al enterarnos lo que ocurre detrás y cómo se llegó a ella nos puede resultar estremecedor. Pienso en una ocasión en la que me encontré con una obra de arte bellísima de un jarrón de flores, super detallista, colores sutiles… verdaderamente preciosa. Cuando me cuentan sobre la obra, era de un artista que había pintado jarrones de flores durante la guerra como gesto de esperanza, para tener la mirada reposada en algo más que en la tragedia… Creo que fue una hazaña muy romántica y valerosa, sin embargo las imágenes de la guerra que ahora tenía en mí eran más fuertes que la presencia de ese arreglo floral. En otra ocasión, vi una obra que estaba hecha a base de una superación personal, en este otro caso, a pesar de que la obra había tenido un comienzo complicado, sí resonó en mí esta idea de superación personal y resiliencia. Hay veces que una obra me gusta tanto que ni quiero saber si hay algo detrás, no porque no me guste profundizar en la obra, si no, porque la obra me hace profundizar en mí, y eso es más importante. Entonces, en este punto, es un punto de decisión muy personal sobre querer comprender, ¿qué tan importante es para vos conocer el contexto histórico y cultural de una obra? Si para vos es importante, acá te dejo unas preguntas que podés hacerte:
- ¿Cuándo, dónde y por qué se creó la obra?
- ¿Quién es el artista y qué sabemos de él?
- ¿Qué eventos históricos y culturales influyeron en él y en la obra?
- ¿Qué relata él mismo de la obra?
6) Conclusión o síntesis interpretativa: por último está tu conclusión… teniendo en cuenta toda la información que obtuviste hasta ahora nos podemos preguntar:
- ¿Esta obra me ayuda a complir con un propósito en particular? ¿Es el mensaje que quiero recordar siempre? Aunque no recuerde muchos datos técnicos e históricos, ¿Me agrada a la vista? ¿Me hace sentir bien?
- En este punto también se valen hipótesis sobre la historia que hay en ella.
Y hasta aquí llegamos con el análisis… A medida que practiques seguro que te será mucho más fácil discernir entre las diferentes obras de arte que veas.
Al tomarnos el tiempo para interpretar una obra —más allá de lo visual, adentrándonos en su simbología, su emoción y su historia— podemos tomar decisiones conscientes sobre cómo y dónde ubicarla en nuestro espacio.
Leer una obra con atención y sensibilidad, nos ayuda a conectar con su esencia y permitir que esa energía fluya de forma armoniosa en el lugar adecuado.
En definitiva, interpretar el arte es un acto de conciencia, y aplicarlo con sabiduría en el hogar es una forma de diseñar no solo un espacio bello, sino también uno que esté alineado con quienes somos y con lo que queremos atraer a nuestras vidas.
Recordá que si tenés alguna duda o querés hacer un comentario podés contactarte conmigo a través de la pestaña contacto en mi página web, y si gustó este blog, suscribite en la web así sos el primero en leerlo cada vez que salga uno nuevo. Nos vemos en le próximo ! Chau chau !